Aunque a priori puede parecer tarea fácil encontrar la talla correcta de sujetador para tu pecho, en la práctica se vuelve más difícil.
Siete de cada diez mujeres desconocen qué talla de sujetador tienen. De hecho, un 30% de consultas realizadas sobre dolores en los pechos proviene del uso de un sujetador inadecuado. Saber qué medida de sujetador corresponde a nuestro cuerpo es fundamental para que no dañe el pecho ni la espalda.
Lo primero que debemos saber es que la talla de sujetador se compone de dos medidas: Contorno y Busto. La primera se representa mediante un número y la segunda mediante una letra.
Para medirnos correctamente el contorno, colocamos el metro rodeando este, justo por la parte inferior al busto, asegurándonos que está completamente horizontal, debemos ajustar bien el metro, puesto que esta no estira mientras que el contorno del sujetador sí, y nos dará una medida.
Para medir el busto, colocamos el metro rodeando el pecho, por la parte más prominente, la zona del pecho con mayor tamaño, en esta ocasión el metro no debe apretar el pecho, nos dará otra medida.
Para traducir estas medidas, debemos tener en cuenta que en España nos guiamos por la talla francesa, así, para calcularla sumaremos 15 a los centímetros del contorno.
En el caso del cálculo para la talla de la copa, restaremos a los centímetros del busto los centímetros del contorno. La letra indica la copa, por lo que buscaremos el resultado obtenido al más cercano en la siguiente tabla:
11 – 13 Copa A
14 – 16 Copa B
17 – 19 Copa C
20 – 22 Copa D
23 – 25 Copa E
26 – 28 Copa F
Habitualmente las mujeres no tienen una talla estándar y cometen el error de comprar los sujetadores, atendiendo sólo al tamaño de la copa.
Para saber si estamos utilizando la talla correcta, debemos comprobar que la parte trasera del sujetador permanece en posición horizontal, perfectamente alineada con la parte delantera. Además el cierre debemos abrocharlo en la primera posición, con ello aumentaremos la duración del sujetador.
La entrecopa también debe quedar ajustada al cuerpo, pero siempre sin que se clave en nuestra piel. De igual forma, los aros del sujetador nunca deben apoyarse sobre el pecho, si no que tienen que descansar fuera de él.
Como última comprobación, si al levantar los brazos el sujetador no se desplaza con nuestros movimientos, sabremos que hemos dado con la talla correcta.